viernes, 5 de octubre de 2012

LA PROVISION DE DIOS EN TIEMPOS DE CRISIS




Por: Dr. Emmanuel García Moreno


“Hoy me levanté temprano a buscar Su Presencia, en donde quiero estar.




Tuve que luchar contra el pensamiento de volver a la cama. “Me decía: puedes acostarte y dormir un poco más, porque te levantaste por las ganas de vaciar la vejiga por haber tomado tanta agua ayer de noche. Dos horas más de sueño; y, todavía será madrugada oscura cuando te levantes a orar; además estarás en su Presencia por largas horas del día”


El argumento era irrefutable, desde el punto de vista de una persona cargada de sueño, en una madrugada fría, silenciosa y oscura.


Me dije a mí mismo: ¡no! Es en su Presencia donde quiero estar; dos horas más para dormir no me van a enriquecer, pero en su Presencia me dejarán lleno de El, de Vida, de Fortaleza y de lo que necesito para hoy. Sujeté estos pensamientos y la modorra que me abrazaba con cariño, a la Autoridad del Nombre Santo y los llevé a los pies de Cristo.


Experimenté total claridad de pensamiento y libertad para comenzar a orar. En la medida en que avanzaba en la oración, en el entendimiento y en el espíritu, mayor libertad, claridad y gozo experimentaba.


Entré por sus atrios con acciones de gracia y cantos espirituales, lo cual de por sí ya es un milagro, porque soy muy desorejado. Puse mi corazón delante de El, pidiéndole lo limpiara y santificara para El.


Todo mi ser, espíritu, alma y cuerpo lo presenté ante su presencia como un sacrificio vivo, aceptable y de olor grato ante El. Me presenté invocando el Santo Nombre de Cristo sobre mí, sabiendo que es la única manera de ser aceptados delante de El.


Porque todo lo que hagamos en el día a día debe ser en el Nombre de Jesucristo, para que suba de continuo el olor de Cristo ante la presencia del Padre; y así de esta forma, todo lo que hagamos, tiene Su aprobación. Entenderemos y comprobaremos cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.


Desde ayer empezamos a orar por la conferencia que realizaremos sobre los días finales de los cuales nos hablan los profetas de Dios y el Evangelio de Jesucristo en el mes de Diciembre.


Tuve convicción para darle el título a la Conferencia; el lugar donde será, la cantidad de personas que asistirán, el día del evento el presupuesto y valor del boleto para el mismo.


En ocasiones era como si hablara conmigo mismo y subía la convicción en el corazón. Mi oración principal era que toda su obra del 3/12/12, estuviese llena de su Presencia, desde el Título, las palabras de introducción, todo lo que se diga o haga, sea en el olor grato de Cristo.


Surge la confirmación del Título y lo demás.


El Título: LA PROVISION DE DIOS EN TIEMPOS DE CRISIS, vino acompañado de la Palabra que lo sostiene y es la bandera de la conferencia: 1 REYES. A mi interior surgió la frase: “Elías y la viuda de Sarepta.


Entendí de inmediato que ese era el Título.”




1Reyes:



“Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.



Y vino a él palabra de Jehová, diciendo:



Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán.



Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer.
Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán.



Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.



Pasados algunos días, se secó el arroyo, porque no había llovido sobre la tierra.
Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo:



Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente.



Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba.



Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano.



Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir.



Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo.



Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra.



Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días.
Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías.”




Elías era un profeta de Dios. En la tierra de Israel había una sequía espantosa, que llevaba varios años ya, el pueblo pasaba hambre, atormentado por la aflicción y la angustia de un presente oscuro y de un futuro incierto y tenebroso.




Pero a éste Elías, del cual la Biblia no nos dice gran cosa de quien era, quienes eran sus hechos como hombre o su alcurnia, solo nos dice que era alguien quien estaba siempre en la Presencia de Dios.




Elías había descubierto que estar en la Presencia de su Dios, era mejor que disfrutar de cualquier deleite a su alrededor. Elías disfrutaba la Presencia de Dios; era amigo de El. ¿Qué puede haber de mayor atractivo parta un hombre o una mujer, que ser amigo de Dios y ser uno que oye su Voz?




El estar en la Presencia de Dios, le había agudizado sus oídos espirituales y él reconocía la Voz de su Dios. Su Dios le hablaba, porque es un Dios vivo; un Dios con el cual uno puede hablar y preguntarle cosas.




En aquel tiempo, Dios era conocido por el pueblo de Israel con su Nombre Jehová, el Omnipotente. Elías lo conocía con ese nombre, y como su Amigo, pero no lo conocía como Padre. Con el Nombre de Padre nuestro, lo podemos conocer nosotros, después que Cristo murió por nosotros.




En el tiempo de la sequía, Elías tuvo la revelación en su vida, de Dios como su Omnipotente, Soberano, Pastor y su Sustentador.




Su Dios le sustentaba de una manera prodigiosa. Primero le deja oir su Voz, que le da dirección e instrucciones. Como su Pastor, le guio junto a aguas de reposo. Le dio la dirección exacta a donde debía ir: al arroyo de Querit, cerca del Jordán,




Elías experimentó que cuando uno cultiva una vida de oración y amistad con Dios en los tiempos buenos; El cuidará de nosotros en los tiempos de crisis.




Dios es poderoso para dar órdenes a los cuervos para que nos alimenten en el día de crisis. En medio de la crisis, nos dejará oír su Voz, como buen Pastor, y nos dirá qué hacer y adónde ir y estar.




Nada mejor que estar donde Dios quiere que estemos cuando llega la crisis a nuestras vidas. No importa el tamaño de la crisis; Él está en lo Alto y Sublime y desde ahí nos conduce a aguas de reposo, como ovejitas de su rebaño.




Pero debemos ser ovejas de su rebaño, porque Él ha dicho: “mis ovejas oyen mi voz y me siguen”. Él es quien nos dirigirá al lugar que Él quiere que estemos en medio de la crisis. Puede ser un lugar físico o espiritual y emocional.




Si es espiritual, debemos entender al Querib de este pasaje, como la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es ríos de aguas vivas que sacian el alma, el pan que llevan los cuervos es el pan enviado del cielo, esto es Cristo, la Palabra viva de Dios.




Significa espiritualmente este pasaje, que por la Palabra viva de Dios, vivificada por el Espíritu cuando leemos y meditamos en ella, Dios nos sustentará. Y desde Querib, llenos de la Palabra viva, nos llevará a ser la respuesta a la aflicción de aquellos que no conocen a su Dios como un Dios Vivo y siempre presente.




Es importante resaltar que así como Elías cultivaba una vida sostenida de comunión diaria con Dios, una vida generosa en la oración; nosotros debemos también edificar una vida semejante. Elías cosechó, en los días de crisis, la siembra diaria de oración.




Aquí podemos empezar a vislumbrar cómo Dios tiene cuidado de aquellos que le honran. Elías honraba a Dios con su vida. Él se había puesto en las manos de Dios, desde el primer momento en que Él se le manifestó en su vida.




Es bueno entender que en la medida en que construyo una vida de oración y comunión con Dios, en mi aposento secreto o recámara a puerta cerrada, donde solo sea Dios y yo; en esa medida, mi relación será tan estrecha que la amistad existente entre El y yo, hará que esté confiado en los días malos o días de crisis.




Elías no estaba sorprendido de que cada mañana su Amigo Dios, le servía el desayuno. Hacía que un cuervo silvestre, buscara lejos de la tierra de Israel, cruzara fronteras, para traerle, a tiempo, los alimentos a Elías.




Elías no adiestró al cuervo. Este obedecía las ordenes del Soberano Rey de toda la Creación:“Ve y sírvele la comida 2 veces al día a mi amigo Elías”.




Para asegurarte una amistad con Dios como Elías, debes hacerte amigo de Dios, de la única forma establecida por El. Te digo así, porque algunos piensan tener amistad con Dios, viviendo una vida apartada de El, andando en sus propios caminos y concupiscencias, y engañándose a sí mismos diciendo “soy amigo de Dios”.




Para ser amigo de Dios debes creer en tu corazón que Jesucristo es el Hijo de Dios, que murió por nuestros pecados y que por su sangre tenemos redención de nuestros pecados; confesar que El es Señor, para ser salvo, nacer de nuevo y recibir la potestad de ser hecho un hijito de Dios.




Hazlo así y estarás entre los amigos de Dios y en tiempos de crisis, verás como se manifiesta en ti como tu ayudador, quien te saca a lugar espacioso.




Bendiciones



 

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