jueves, 4 de octubre de 2012

LA IMPORTANCIA DE LAS PROFECÍAS HOY




LA IMPORTANCIA DE LAS PROFECÍAS EN LA VIDA DEL CREYENTE

 

Por: Dr. Emmanuel García Moreno

 

Acaban de informar hace poco que el gobernante de Turquía, está autorizado por el Congreso Nacional, de declararle la guerra a Siria. Todo parece indicar que estallará la guerra en los próximos días, lo cual nos acerca más y más al Retorno de Cristo.

 

Le animo a seguir las publicaciones del grupo Islam, el Azote de Dios, en Facebook, y entienda lo que está pasando y vaya preparándose como el Señor quiere.

 

He empezado a preparar el material para la Conferencia sobre las profecías de los tiempos del Fin, que junto con el pastor Tomás Portillo, estaremos dictando en un hotel de la localidad. En unos días les daremos los detalles.

 

Aprendamos algo nuevo sobre las profecías.

 

2Tm.3:15,16

 

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”

 

  • No solo una o algunas partes de la Escritura es inspirada por Dios; toda ella lo es.
  • Tiene una utilidad bien definida.
  • Su utilidad beneficia solo a una persona: al hombre de Dios.

No dice a los hombres; dice al hombre de Dios en singular. Esto significa que toda la escritura que ha sido escrita en un período de 1, 600 años, fue escrita para beneficiar a un solo hombre.

Está escrito en la Escritura: “Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.”

Y también:” El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo”

Otra Escritura dice: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”

Y otra más: “Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,
así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.”

Entendamos que el hombre de Dios a que se refiere la Escritura citada, es uno solo. Es el nuevo Adán, que es el hombre celestial. Este nuevo hombre es Cristo el Señor y el Señor Jesucristo, quien está en el cielo es la cabeza y nosotros somos el cuerpo.

Podemos ser muchos, pero somos Uno solo, un solo cuerpo con nuestra cabeza en el cielo y el cuerpo también, por que la Escritura dice que nosotros estamos en los lugares celestiales con Cristo.

Todo este post e incluso el blog está dirigido a ese hombre de Dios, al varón perfecto, para ayudarlo a crecer y esté irreprensible en el Retorno de Cristo en breve.

Las mujeres no deben preocuparse porque la misma Escritura que ha dicho lo anterior, también ha dicho: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”    

 

2P.1:19-21

“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”

 

  • Hemos visto que toda la Escritura es útil. Ahora veremos la importancia de las profecías que están en las Sagradas Escritura.

Existe poco interés en las profecías, principalmente las que señalan el fin de los tiempos o fin del mundo. Pero las mismas Escrituras nos exhortan a tenerlas como antorcha segura.

Ante la gente, las profecías son objeto de burlas y desprecio, porque a través de los años, se han levantado muchos falsos profetas que han querido interpretar las profecías sin la guía del Espíritu de Dios, provocando el descrédito de las profecías y de los osados “profetas”.

Pero las profecías siguen siendo, “más seguras”. Y esto es así, porque vienen de parte de Dios.

  • La Palabra de Dios nos dice que debemos estar atentos a ellas, que hacemos bien en estar atentos. Es necesario estar atentos.
  • El estar atentos se refiere a que ellas nos traen luz sobre eventos que han sido profetizados porque señalan alguna intervención divina dentro de su buen propósito. Nos ayudan a caminar en medio de la oscuridad de las sombras que nos rodean.
  • También es importante señalar que la profecía nos alumbra hasta que salga la luz del amanecer en nuestros corazones. ¿A qué se refiere?

Establece, que la Palabra profética que viene de parte de Dios para el Hombre de Dios, o para el que ha nacido de nuevo, lo alumbrará en su caminar, hasta que en su interior resplandezca la luz de Cristo. Porque Cristo es por sí solo el Lucero de la mañana.

Cuando Cristo amanece en nuestro corazón; esa luz personal en nuestro interior es suficiente para no tropezar y caer.

Cuando la luz de Cristo resplandece en nuestro interior, comprendemos en qué momento profético vivimos y somos inundados de su Paz, fortaleza, Seguridad, Fe para extendernos hacia adelante sin flaquear.

El caso del profeta Daniel, quien estuvo atento a las profecías sobre los 70 años que duraría la cautividad del pueblo de Israel y la destrucción de Jerusalem y del Santuario, llegado el tiempo, multiplicó sus oraciones y ruegos para que Dios se acordara de que había llegado el tiempo de restaura a su pueblo y el Santuario.

Estar atentos a las profecías nos lleva a multiplicar la oración; y Cristo se nos manifiesta, su luz amanece en nuestros corazones, y nos trae visitación y provisión a nuestra alma para que estemos fortalecidos. Nos trae entendimiento de su Palabra.

La profecía mueve la mano de Dios.

 

1Ts.5:20,21

 

“No menospreciéis las profecías.
Examinadlo todo; retened lo bueno.”

 

  • Esta es una exhortación a no menospreciar las profecías. Hay que darle el lugar que deben tener. Hay un gran propósito encerrado en ellas.
  • Hay que examinar las profecías y retener de ellas lo bueno.

 

2P.3:13-16  

 

“Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,
esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!
Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.


Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.

 

Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito,
casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.


 

Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza.
Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.”

 

  • El énfasis aquí es: si sabemos lo que encierran las profecías y lo que dicen sobre las cosas que vendrán sobre el mundo, debemos procurar diligentemente ser hallados irreprensibles cuando Cristo venga.
  • Las profecías deben producir una vida más apegada y cercana a Dios, y la llenura del Espíritu Santo, única manera de vivir sin mancha e irreprensibles.
  • Deben ayudarnos a ser vigilantes de nosotros mismos, para no ser arrastrados por errores de doctrinas, que nos hacen caer de nuestra firmeza.
  • La Escritura enseña que en los últimos tiempos habrá mucho error de doctrina. Estar atentos a las profecías debe ayudarnos a afirmarnos en Cristo. Deben llevarnos a la oración profunda como Daniel; y ahí el Lucero de la mañana resplandecerá en nuestro interior.
  • Por último, la profecía nos ayuda a crecer en la gracia y en el conocimiento de Cristo.

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