sábado, 29 de septiembre de 2012

¿DONDE ESTA LA VOZ DE DIOS?



¿DONDE SE ESCUCHA LA VOZ DE DIOS HOY?

   

 

Por: Dr. Emmanuel García Moreno

 

 

Escuchar los recientes discursos en la ONU, en los cuales, tres dirigentes políticos dejaron escuchar su voz cargada de odio reprimido; y escuchar a los demás participantes llevar palabras huecas y poco edificantes para un mundo que convulsiona por diferentes problemas; es decepcionante.

 

Hoy más que nunca, debemos buscar escuchar la Voz de Dios, voz autorizada, para establecer la Paz y el Orden entre las naciones. Israel, Palestina, Irán y el Medio Oriente en general están sumidos en serios conflictos políticos, económicos y sociales

El mundo necesita con urgencia escuchar la Voz de Dios.El hombre necesita escuchar su Voz. cada persona individualmente debe escuchar su Voz, para que le vaya bien todo los días de su vida. 

 
Cristo nuestro Rey y Salvador fue la manera más sublime  de Dios hablarle a los hombres. Antes de Cristo, Dios utilizaba intermediarios para hablarle a los hombres. Desde Abraham hasta Cristo, Dios solo le hablaba a los judíos, el pueblo elegido por Dios para ser Su Heraldo.

 
Después de haber enviado a su propio Hijo al mundo,  su mayor y más distinguido Heraldo; ahora le habla a todo aquel que lo quiera escuchar, conocer y obedecer.

 

 ¿Cómo esperar que nos hable por otra persona, después de haber hablado por su Hijo?

 

Este punto es sumamente importante e interesante, y debemos tener la capacidad, que solo la da Dios, de entenderlo y recibirlo.

 
      Debo recordarles que está escrito en las Escrituras: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,

a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”

Al ser la Escritura inspirada por Dios; tiene Autoridad sobre la vida de aquellos que aman a Dios y buscan agradarle, porque ella es de mucha utilidad en nuestras vidas, mire Ud. para qué es útil la Biblia o Escritura.

 Entre tantas otras cosas en que nos beneficiamos de la biblia; una de ellas es, que hace al hombre de Dios perfecto, para que esté capacitado para toda buena obra.

 Hay un “hombre de Dios” que debe ser preparado a través de la Escritura; y ese hombre de Dios es Ud. y yo; y todos los que invocamos el Nombre de Jesucristo como Señor y Salvador, los que hemos creído que El es el Hijo de Dios y en consecuencia experimentamos un nuevo nacimiento para ser parte de la Nueva Creacion redimida y creada para la Alabanza de la gloria de Dios. 

 En Cristo no hay hombre o mujer. Todos somos Uno en El y tenemos la misma importancia ante Dios.

 Como está escrito: “El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo,
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”
Este hombre, en singular, no en plural, es el nuevo hombre, creado en remplazo del viejo hombre. El viejo hombre, salido de Adán; no puede agradar a Dios, porque es carne de pecado; está vendido al pecado. Es esclavo del pecado y de la muerte. Su destino es la muerte.

 

Por eso Dios tuvo que mandar a su Hijo al mundo, para que por medio de Cristo, sacara a la luz, una nueva vida, la Vida Eterna, un Hombre Nuevo. Este Nuevo Hombre tiene que ser en todo semejante a Cristo. Para eso entonces la Escritura inspirada por Dios; para ser el alimento espiritual para esta nueva criatura.
 
Cuando leemos y meditamos en la Palabra de Dios; Cristo se va formando en nuestro ser por acción del Espíritu de Vida  en Cristo que mora en nosotros. A Cristo lo encontramos en la Biblia; en cada oración, frase, Palabra, punto o tilde de las Escrituras. Es El quien nos vivifica a través de la Palabra y el Espíritu, y se revela a nosotros por la Palabra vivificada por el Espíritu. 

 Cuando nacemos de nuevo, a través de la confesión de fe en Jesucristo, esta criatura recién nacida necesita ser amantada sin demora. La comida que ha de recibir será la lechita espiritual, que es la Palabra de Dios.

 Por eso dice la Escritura:

 

Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,

desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,

si es que habéis gustado la benignidad del Señor.

Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,

vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por  medio de Jesucristo.”

 

La Palabra de Dios le sirve de alimento al que ha nacido de nuevo. No debe despegarse de ella. El mismo Dios nos da el gusto por ella. Si en verdad hemos gustado de la benignidad del Señor, al recibirlo como Salvador; desearemos con frenesí su Palabra. Es una consecuencia lógica. Recibimos a Cristo; se despierta el apetito por su Palabra. Esto es consecuencia del Espíritu de Cristo que recibimos en ese momento.

 

Por eso la importancia de señalar la necesidad de hacer la confesión de fe en Jesucristo, porque muchos hoy, mal orientados, dicen creer en Cristo y por eso están tranquilos; pero les falta la confesión de que El es lo que es: el Hijo de Dios hecho carne, quien murió  por nosotros; pero que también resucitó y además subió a los cielos y está sentado a la diestra del Padre.

 Este es el Evangelio que trae salvación a nuestras vidas. No se trata de religión. La religión nos arrebata la Vida Verdadera que Dios nos ha dado por medio de Cristo su Hijo amado, porque nos mantiene alejados de Cristo.

 ¿Cuántos hoy no vienen a Cristo porque están convencidos que sería cambiarse de religión?

 Por poner solo un ejemplo. Los judíos religiosos, sean ultra-religiosos o más o menos religiosos; no aceptan a Cristo, porque para ellos sería maldición abandonar su religión, que es traspasada de padres a hijos, de generación en generación.

 Pues bien, los judíos al no creer en Cristo, y tampoco recibirlo como Señor y Salvador, no pueden agradar a Dios. Así como los judíos; hay infinidad de personas en este mundo: no reciben a Cristo, porque dicen “no quiero cambiar mi religión". Por estar aferrados a su religión, no vienen a Cristo para obtener Vida y Vida en abundancia.

El religioso le da la espalda a Cristo. La religión es como un muro levantado que nos impide avanzar hacia Dios, hacia Cristo. Ella nos empobrece, porque nos impide llegar a la Perla de gran precio que es Cristo el Señor.

 Cristo no es religión. Cristo es Vida. Cuando una persona ha nacido de nuevo mediante la confesión de fe en Cristo; está capacitado para vivir un estilo de vida diferente: la del Reino de Dios, dónde reina Cristo por su Espíritu.

 Debemos estar seguros de haber hecho esta confesión de fe, porque ella nos hace receptores de la Vida de Cristo por su Espíritu.

 La porción a considerar está en el libro de Hebreos:

 “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,

en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;

el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”

 “Dios, habiendo hablado… de muchas maneras..."
 
Dios ha hablado de muchas formas en el pasado, antes de hablarnos por medio de su Hijo cuando lo envió a su pueblo Israel, nacido de la Virgen María. Dios es rico en diversidad. Es creativo. Y usa de su imaginación para entregar su mensaje al hombre.

 

En una ocasión utilizó a un arbusto, fue el caso de Moisés en el desierto, cuando le habló en medio de la Zarza. Utilizó una montaña; Cuando habló al pueblo judío en el Monte Sinaí, usando truenos, relámpagos, fuego y temblores.      Ha usado hasta una mula y una pared para dar su Mensaje. Han sido Voz de Dios. Dios ha usado el fuego para hablar: vea Deuteronomio 5:26 y convénzase.

 

Porque ¿qué es el hombre, para que oiga la VOZ del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y aún viva?”

Oir la Voz de Dios es un privilegio que Dios nos ha dado. Y hay promesa de parte de Dios en el sentido de que si decidimos oir su Voz y obedecerle, El nos bendecirá en gran manera. Nos hará prosperar en todo. No tendremos escases, ni necesidad de ningún bien sobre la tierra.

En Deuteronomio le dice a su pueblo: “Y tú volverás, y oirás la voz de Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy.

Y te hará Jehová tu Dios abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, para bien; porque Jehová volverá a gozarse sobre ti para bien, de la manera que se gozó sobre tus padres,

cuando obedecieres a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley; cuando te convirtieres a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.”

 Note que dice; “cuando te convirtieres a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma”. Es importante la conversión. ¿Te has convertido ya a Dios, a Cristo?

 Es el inicio para entrar en el estado de favorecidos de Dios: convertirse a Dios de todo corazón. Asegúrate de haberte convertido a Dios de todo tu corazón. La conversión requiere la consciencia de ser pecador y la necesidad de ser perdonado. Requiere la voluntad de creer y aceptar a Cristo con el corazón y el alma en plenitud. Entregarnos al 100% a Cristo.

Escuchar la Vos de Dios no es para ufanarnos de haber oído su Voz; es para obedecerle.

Entre otras cosas esto significa que Dios mismo hará que nuestros oídos espirituales se abran, para poder escucharle y obedecerle. Si no escuchamos; no podemos obedecer.

 En Deuteronomio  Dios mandó reunir al pueblo delante del monte Sinaí, para hacerles oír su voz y hablar con ellos. Pero, fue tanto el temor que experimentó el pueblo cuando El dejó escuchar su Voz, que le pidieron que no volviera hablar con ellos de es forma, sino que hablase a través de Moisés. Pidieron un intermediario.
 
Moisés le dice al pueblo judío: “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis;

conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera.

Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho.

Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.

Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta”

 Este profeta a que se refería Moisés es Cristo, quien nacería judío, en cumplimiento de la promesa dada por Dios a Abraham: “en tu simiente serán benditas todas las naciones”

 Dios anunció desde temprano que enviaría a su Hijo, revestido de un cuerpo de debilidad, para traer su Palabra. Este profeta sería la Voz de Dios sobre la tierra. No solo traería un mensaje. El es el Mensaje de Dios. Cristo es su Palabra; es su Verbo; es su Voz.

La Voz de Dios ahora tiene nombre y apellido: Cristo Jesús, el Hijo de Dios. Jesucristo.

Ni Moisés, ni Elías, ni Noé, ni Jeremías, ni Jonás eran el Mensaje de Dios. Ellos eran solo portadores de su Mensaje. En cuanto hablasen las Palabras que Dios pusiera en sus bocas; eran la Voz de Dios.

 Pero Cristo, sí es la Voz de Dios; es el Mensaje de Dios.

Pero si Cristo está ahora en los cielos, ¿Cómo nos habla hoy y cómo escuchamos su Voz? ¿Qué es la Voz de Dios?

 Cuando escuchamos su Voz hablándonos que es Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria; entendemos que es por medio de Cristo que obtenemos Salvación y vida Eterna; que es por medio de Cristo que tenemos acceso libre y expedito al Trono de su Gracia; no demoraremos en acudir a Cristo. Correremos a su Presencia para obtener todo lo que Dios nos ofrece a través de El

El hombre no recibirá nada de parte de Dios, que no sea a través de Cristo. Cristo lo es todo. El lo llena todo,

Acudamos a Cristo por la porción que nos toca.
 
Su forma preferida de hacernos oír su Voz es a través de los hombres. Hombres imperfectos, pero hombres escogidos por Dios para traer su mensaje, para ser el vehículo para hablarle a su pueblo. El determinaba que las palabras que pondría en boca del profeta, deberían ser recibidas como su Palabra.

Oír la voz del profeta, hablando inspirado por el Espíritu de Dios; era oír la Voz de Dios.
 

Bendiciones.




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